Proyecto personal de animalario en base a técnica de lápices de colores. La idea surge a partir de una exploración de la técnica que instala a la naturaleza en un plano onírico y establece a la flama, invisible a simple vista, como metáfora del hilo conductor de aquello que los une, que es pues, la vida.

El proceso de ejecución, desarrollado de manera íntegramente análoga, consta de un boceto previo que incluye una paleta de colores acotada en un lienzo pequeño de 20×20 cms.





Si bien el autoencargo ya posee un cuerpo más variado de piezas, el animaliario pretende extenderse e incorporar nuevos elementos, que irán nutriendo una narrativa común.
